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A MARÍA SS. EL LIGERO CANTO DE ALABANZA

A MARÍA SS. EL LIGERO CANTO DE ALABANZA

María, María, dulce en Tu espera,
vígilante  en Tu camino solitario,
con la ansiedad despierta por Hijo Tuyo,
salpicavas de cánticos y alabanzas
los pensamientos que te llevavan a Dios,
y por Su Hijo otorgavas las pruebas del amor
constante y puro, y ofrecias las alabanzas a Tu Señor.

Viste la Cruz antetiempo,
sentiste las cuerdas presionar sus manos,
viste caer desde el cielo el Espíritu Consolador
que ofrecía, a Tuo Hijo, Tus palabras de Madre,
junto al aliento de Dios, que ne aspiró la esencia;
y en la deposición, viste Tu vida muriente,
en un pasaje de verdades, mientras, llorando,
el corazón se derramava hacia la humanidad
afectada por las miserias que desgarran el hombre,
y desconponen las vestiduras.

¡Ofreciste a Ti misma!
Pero Dios quiso ofrecerTe el descanso solemne
y hacer de Ti, la Madre de todos los vivientes.

Desde el ampio vestido, haces bajar gracias y consejos
y consuelas y das paz a quién lo pide
y haces a Tu Hijo las oraciones
para perdonar al hombre el fallo y la deshonra.

¡Ofreciste! Y por Su intercesión
Tu concedes a cada uno el canto de la oración,
sostienes el Templo de Dios, y Te sientas vígil y atenta
porque Su casa sea Templo de gloria
y Tu, la Madre Iglesia
que recoje los hijos sin bandera,
que pero saben que la Madre no deja un momento
el hijo Suyo sobre la tierra.

Así, en el poder extendido,
Dios quizo premiar aquel fruto de la tierra
y compuso las notas de gloria y de aleluya
de llevar a Sus hijos sobre la tierra.

¡Alabanza y gloria a Dios!
Sea el Nombre de María reflejado sobre el mundo.

Su mirada sea la consolación y el auxilio
para el camino de fe que lleva a Dios.

Él concede, a quienes, en ferviente oración,
se vuelven a María en cada momento,
y en el momento del dolor, María,
está a su lado siempre, hasta que llegue la tarde,
así como supo donar a Su Hijo
la intensa presencia de Madre.

¡María, María! Miriam de casta belleza,
y llena de luz Tu imágen gloriosa.

Armoniosa, llena de Gracia, pura,
Te confío todo de mi,
mira mi alma y haz que mi espíritu
logre llegar en armonia
con Tu ¡pensamiento de Madre. ¡María!

© Fraternità Maria SS. degli Angeli
    Via Gioele Solari, N° 47 - 00166 Roma