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MARÍA, MADRE

MARÍA, MADRE

María, Madre,
a menudo  mi corazón se despierta
a la escucha de una oración revuelta a Tu nombre.

Inmaculada y pura
Virgen de las Virgenes
segura protección y gozo del hombre.

Te siento cerca, olorosa y con abitos de luz.

Dame, de Ti, la claridad del corazón y la espera.

Solo Tú, con Tu recompensa
puedes darme el candor espíritual
y la visión de Madre
que no deja morir a sus hijos en el dolor,
sino que sigues sus pasos hasta el final.

Estoy aquí, Madre,
estoy ahora en esa Avenida
en donde, pasando,
veo las improntas de quiénes
han sido, por Ti, consolados.

Queridisima, Madre, manto de luz,
perfumado sendero
símbolo de paz espíritual y hija del Padre celestial,
haz que, nosotros, como hijos Tuyos,
gracias a Ti, con Tus oraciones,
podamos, por Tu intercesión, ser finalmente Suyos.

Contigo, María, en el reyno de Dios
con Tu veneranda y materna bendición.

Dios, Te salve.

© Fraternità Maria SS. degli Angeli
    Via Gioele Solari, N° 47 - 00166 Roma