MARÍA, FUENTE DE BONDAD Y DE GRACIA

¡María! ¡Madre!

Orienta la extendida potencia
y Tu onerosa confianza con el Hijo Tuyo
al perdón de Tus hijos sobre la tierra.

Pídele de estár todavia con nosotros,
como en aquel tiempo, pídeLe de amarnos,
aúnque, nosotros, no queremos rezar.

Madre única,
viva y serena como la luz que trae la luz,
haznos cayar  al momento en que
el hombre terrenal quiere blasfemar.

Llénanos el corazón de Ti
y levanta aquella capa pesada
que nos tiene en la sombra.

Resplandezca en nosotros Tu luz.

¡Oh Madre!

Bandera de gran pureza,
vinculo de gracia,
ejemplo de unidad familiar,
único bien para los desheredados,
manta de descanso y de refrigerio,
sabiduría junto a la belleza del alma,
¡pureza de los vinculos matrimoniales!

Incorrupta, única fuente de agua de manantial,
vida de la vida del universo,
casta, de alma y de espíritu, elevada al trono de Dios,
Santa de los milagros
doncella de protección de cada criatura.

¡Madre! Así fuiste para el Hijo Tuyo moribundo,
y yo soy cómo aquel hijo que Él te puso al lado.

Renueva la luz entre nosotros,
muestranos a Tu Hijo
y haz que nos perdone los pecados.

Tómanos todavia, Madre, bajo Tu manto,
sopla en nosotros la victoria del día que vendrá,
apóyanos en el camino lleno de ásperos escarpados,
pon a nuestro lado los Ángeles laboriosos,
y quién, por Ti, alivia los dolores.

Con ésta esperanza llévanos, así, hacia la luz,
dada por el Padre Nuestro
y haznos de faro para la futura vida.

Haz que el camino se reanude
desde aquel día fecundo,
que el gran manto,
puesto sobre los hombros de Tu Hijo,
esté sobre nosotros, contigo cerca, María,
porque Te queremos entre nosotros.